Zona común en Arnott's Lodge |
13
de febrero:
Era nuestro último día en Big Island, así que Alex lo tuvo en cuenta y se
pegó una doble sesión de surfin’ en Honoli'i, despidiéndose así
de la costa este ya que regresamos al audaz norte de Oahu. Yo también
aproveché mi solitario tiempo donde Arnott, por lo que me dispuse a
realizar mi particular sesión de estética, ya que nuestros últimos
días de comodidad deluxe y electricidad, llegaban a su fin. En el
tiempo que compartimos juntos, preparamos las mochilas para marchar
al día siguiente y por la tarde estuvimos charlando con Tony, un
hombre que vivía en Kona, el lado oeste de Big Island, y nos contaba
que se alojaba allí para poder hacer negocios en la costa este. Al
preguntarnos de dónde veníamos nosotros, también nos contó que,
casualmente, en su juventud había estado por Mallorca navegando y
conociendo toda la zona balear del mediterráneo.
Cuando anocheció,
muchos huéspedes comenzaron a preguntarse un poco por una charleta
que viajaba sola, ya que ninguno la había visto por el albergue en
todo el día. A veces resulta increíble cómo puedes llegar a
relacionarte y hasta acostumbrarte, a las rutinas de los otros
viajeros, cuando compartes alojamiento durante varios días en un
mismo sitio.
Hasta la próxima Honoli'i, buenas noches Hilo y hasta (espero) pronto, oriental noche de Hawai'i.
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