Caldera Kilauea |
12
de febrero:
Seguía lloviendo. El resto de los huéspedes de Arnott que también
estaban acampando, habían desistido y optado por pagar una de las
camas del albergue, siendo nuestra carpa, la única que se mantenía
en pie en la zona verde. Había valido la pena invertir en una tienda
para siete personas por su resistencia ante el diluvio, aunque el
acarrear semejante trasto con 7 kilos de peso durante estos meses de
viaje, echaba por tierra cualquier estúpida teoría que la
defendiera. Yo al menos, ya no tenía dudas que no hay mejor método que tener un carpa para 2 personas, cada uno.
Hoy llovía de forma intermitente, pero no conseguía
parar durante muchos minutos consecutivos, así que como Alex decidió
marchar pronto por la mañana a surfear a su ya usual pico de
Honoli'i, yo me quedé para seguir recopilando información sobre la
isla, ya que nos quedaban pocos días en Big Island. Lo que pude resumir
de la isla grande, gracias a la wifi de Arnott y a algunos libros que viajeros dejaron por allí, para seguir investigando cuando llegue a casa, fue:
Ya
por la tarde Alex se quedó arreglando la punta rota de la tabla y
mientras secaba, fuimos a tomarnos unos ricos smoothies para más
tarde, ya de noche, pasar por la librería Border’s y así
dedicarme un par de horas a buscar cosas, que me interesan solo a mí;
tuve suerte que Alex se quedó arrumbado y entretenido en la zona de
revistas mientras yo planeaba cómo seguir comprando libros, y evitar pagar fortuna en sobrepeso en cada tramo de viaje, hasta llegar a Menorca...
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