23º DÍA: Ride, Maui… ride!


1 de Febrero:Aproximadamente a las 7 de la mañana levantamos nuestras cabezas del respaldo del asiento, para ver a través de la luna delantera del coche el mar y la claridad gris de un día nublado, del primer amanecer en Maui. Nos despertamos en el mismo momento que pasaba lentamente por detrás nuestro, una furgoneta blanca con la inscripción “Reinforcement”… militares, ya ves. De ella bajaba el típico oficial norteamericano de película, dispuesto a darnos la tabarra, aunque como estábamos despiertos, nos hicimos los boludos como buenos argentinos, arrancamos motor y con legañas en los ojos, nos piramos de allí. Paramos en el AbC de Kihei para comprar café + bollería para el desayuno y hacia el noroeste, nos dirigimos.
Pasamos de largo el camping, Lahaina, Ka’anapali, Honokowai, Napili y después de Kapalua bajamos hasta el Fleming Beach park para ver si había olas y como no se veía nada, comprobé las instalaciones del lugar, su inodoro y seguimos hacia el norte, buscando los verdaderos picos. Pasando Mokule'la bay se terminó la carretera de asfalto, comenzó el camino rural y finalmente la verdadera isla, lejos de centros comerciales, pasos de peatones y playas rodeadas de carteles con el molesto rótulo PRIVATE PROPERTY, que tanto abunda por aquí. Campos de piña y Banyan trees nos acompañaron a lo largo del viaje, hasta la playa de arena blanca en Honolua bay. Olas concurridas y con un acceso que nos fue difícil descifrar, ya que las veíamos desde lo alto de un gran acantilado; a pesar de que llovía bastante la peña estaba surfeando y el paisaje… era alucinante.
Regresamos al camping en Olowalu para instalarnos, le golpeamos la ventanilla al manager y al salir de su casa, nos dijo que eligiéramos un sitio, rellenáramos el formulario, pusiéramos esto, más el dinero dentro del sobre que nos entregaba y luego, lo dejáramos en el buzón que tenía en la puerta. Brian, nuestro vecino canoso, gordo, rengo y gay, nos saludó & por supuesto, nos preguntó si habíamos leído las normas mientras montábamos nuestra tienda. Una vez terminamos con lo primordial y como Alex tenía la tabla en proceso de reparación, decidimos ir a la city, Kahului, pero finalmente nos desviamos hacia Paia para llegar el pico llamado Ho’okipa, donde entraba algo, aunque bastante revuelto por el viento.
Vuelta a la city para comer algo, porque nuestras barrigas habían empezado a entonar sus primeras melodías y aparcamos en el centro comercial Queen Ka’ahumanu, donde el techo de toldo permitía que algunas gotas de lluvia se colaran y nos refrescaran, mientras caminábamos dentro de él eligiendo dónde comer. Almorzamos a pleno horario español -15/16 hs- y de regreso al camping, paramos en en el Foodland de Lahaina para comprar chorradas y montar nuestra party de llegada a Maui, así que compramos una piña para partirla al medio y llenarla de Malibú, con hielos y sorbetes, of course.
Improvisando un Mai Tai se terminó nuestra primera noche, en la isla favorita de Paris Hilton, según escuché hoy en la radio. Oh my god

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