Desaparecido Shaka Taco's |
26 de enero: Nos levantamos a las 7 y salimos lo más rápido que pudimos hacia Haena, para hacer el sendero hasta las Hanakapia’i Falls bordeando la costa Na Pali, pero el día estaba tan horrendo, ventoso y lluvioso tanto en Anahola, como en el norte. Aparcamos en Ke’e beach y nos quedamos pensando qué hacer. Pude ver a una chica parada frente al cartel que mostraba el mapa del sendero y por su gorro de Ranger, me imaginé que trabajaba para el Condado así que me acerqué a preguntarle a ella, cómo estaba el camino. Me recomendó no hacerlo porque había llovido bastante y los senderos, estarían muy embarrados porque los arroyos que lo cruzan, van muy cargados de agua. Dimos la vuelta atrás y paramos en Kapa’a, para averiguar sobre la excursión en catamarán por la Na Pali coast y devolver los snorkel, en Boss Frog’s. Justo al lado de este local, había una oficina que vendía excursiones y atendía una chica “hiper” simpática –hasta la saciedad- que nos vendió el tour de 5 horas con desayuno, snorkels & almuerzo x 110$ c/u y como todos los otros precios eran casi los mismos, aceptamos la venta.
Salimos de allí sin saber por qué la carretera, era un inmeso atasco que no se movía hacia ninguno de los dos sentidos, con el agregado del día que seguía igual de feo y con viento, por lo que significaba pocas olas y cero playa para mí. Qué equivocados que estaríamos.
Igualmente nos metimos en el lío y al poco rato la vía hacia el sur, comenzó a descongestionarse; fuimos recto hacia Shipwreck’s Beach, donde había 1 ola para 10 (entre surfers y bodys). Con Alex indeciso y harto de conducir, pensamos en ir hacia el Kokee Park a caminar algún sendero del cañón, pero al parar en Waimea para comprar algo para comer en el supermercado del pueblo, decidimos regresar. Que si vamos a Poipu, que al norte, que al camping y al final… hacia allí nos dirigimos.
Las olas estaban en casa.
Aproveché que salió un rato el sol para ducharme ya que a las 6 de la tarde partiríamos al Shaka Taco’s, donde desayunábamos burritos cada mañana, porque había un concierto de Reggae. La banda parecía no haber ensayado nunca -tampoco es que me guste mucho el reggae, para que engañarles- pero fue divertido escuchar un poco de música en directo y ver como la gente, estaba cada uno a su rollo, bailando, sin complejos. Nosotros comimos tacos, bebimos cerveza dentro de una bolsa marrón de papel, que compramos en el ABC ya que ellos no vendían alcohol; pero ya a eso de las 20.30 estábamos regresando al camping y a punto de dormir.
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