Anahola Beach Park |
19 de enero: Instalada ya en la isla, comencé con mi vida de rutinas que me mantienen sana, retomando la caminata matutina por la playa y la sesión de pilates. Fogata en la barbacoa del camping, agua caliente y batido del café, para luego arrancar hacia Kapa’a, con el cupón de descuento de Snorkel Bob’s en la libreta; una tienda que nos ofrecía alquilar el equipo para hacer snorkel (máscara, tubo y patas) para los dos, por $9 la semana. Mis despertares suelen ser bastante torpes, como por ejemplo, el de esta misma mañana; al salir de la tienda, me tropecé con el cooler-nevera de foam recientemente adquirido, provocándole un terrible boquete en uno de sus lados, así que como no tendríamos nada donde mantener fresquito lo que habíamos comprado, pensamos en aprovechar e ir hacia el sur, para conocer aquellos picos y al regresar, volver a parar en el K-mart de Lihue.
Nuestra primera parada fue en Poipu beach park, donde bajamos del coche sin ropa, solo con los bañadores, la bolsa con el equipo y una toalla, ya que el parking quedaba junto a la playa… beneficios de estas costas urbanizadas. Vimos peces de todos los colores, a solo centímetros de nuestra nariz, con la facilidad de estar flotando en la misma orilla que, cubierta de arrecife de coral, es el hogar perfecto de estos coloridos habitantes submarinos del Pacífico.
Terminada la sesión de snorkelling, turisteamos un poco por la zona y llegamos, según mis apuntes, hasta Pakalas… pero iba a ser que no. Resulta que me había salteado un dato importante, intentando llegar a la playa a través del camino equivocado. Giramos en una calle junto a la oficina de correos de la villa y salteándonos, cada cartel que anunciaba “Popiedad privada”, Alex condujo por caminos de tierra hasta llegar a un terreno, junto a la misma playa de Pakalas. No teníamos ni idea donde estábamos pero, un chico se acercó al coche y con toda su mala leche, nos preguntó: “Watta fuck are you doin’ here?”; intentamos explicarle que nos sabíamos donde estábamos pero él, insistía con informarnos diciendo, “Get the fuck outta here… now” hasta que le respondimos que ya le valía, ¿no? Que tranqui… ya que Alex tenía el coche arrancado y nos estabamos pirando, en ese mismo momento…y tampoco era para liarla tanto. Recién al meter marcha atrás, fue cuando nos dimos cuenta que estábamos aparcados, en el mismísimo jardín de su casa. :P
Volvimos a la carretera principal y recorrimos toda la costa, del este hasta Polihale, para terminar de comprobar que por esta zona, no había swell favorable, así que pasamos por Port Allen, para averiguar sobre las excursiones en catamarán por la costa Na Pali. Stop en el K-mart para renovar el cooler, comilona en el parking del Taco’s Bell y regreso al camping después de un día, sin sesión de surf.
Fin de semana de puente para los hawaiianos, festejando el día de Martin Luther King, reuniéndose en familia en la playa de Anahola, donde montaron tiendas y carpas, juntando algunas mesas de picnic, poniendo música y hasta bajando de una 4x4, una enorme barbacoa a gas; parecía lo que en Argentina llamamos asado, en España barbacoa y que aquí, en Hawaii, le llaman luau. Yo estaba sentada junto a los baños, conectada al ordenador (había enchufes allí), haciendo malabares con la banca online mientras nuestros nuevos vecinos, ambientaban la noche de party haciendo humo, quemando hojas de ficus que, como buena hija de Murphy (del de la Murphy’s Law), se dirigía directamente, todo hacia mí. Preocupados, insistían en que me quitara de allí hasta invitándome a unas birras; avisándome que lo hacían para limpiar la playa, ya que estaba realmente alfombrada de hojas secas. Pero la verdad era, que ya me había acostumbrado a oler a humo, cada día, desde que llegamos a las islas y aún, no habíamos lavado nada de ropa; no llegaría a notar nunca la diferencia, de cuál había sido el humo que me apestó.
RESUMEN
CUPONES DESCUENTO: ¡ Pilla todas las revistas que veas en el aeropuerto!
POIPU BEACH PARK: Aquí.
PAKALAS: Aquí
PAN DE PIÑA: Panadería en Kapa'a
No hay comentarios:
Publicar un comentario